Situada en el centro de la ciudad, esta casa disfruta de la tranquilidad y calma de un barrio típico residencial aunque a solo unos minutos del ajetreo lisboeta. Este apartamento se encuentra en un edificio de 1940 y conserva el encanto de la época con zócalos y molduras originales y suelos de madera.
La última planta de esta casa unifamiliar cuenta con una buhardilla multifuncional, organizada en salón de música, zona de lectura de altura (con una plataforma colgante súper divertida), dormitorio de invitados y cuarto de baño.
Compartir espacios con los pequeños siempre implica una revolución familiar y doméstica. Aquí tienes bonitos ejemplos de ambientes que ceden terreno a los más pequeños de la casa.
Ganar luminosidad y amplitud fue el gran reto en este piso semi interior de estructura modernista, pasillo largo y techos altos. Una nueva y acertada distribución hace que luzca su encanto intacto.